La Sierra de María, en la comarca de los Vélez, desde tiempos de la Reconquista fue un lugar deseado no sólo por su situación estratégica como tierra de frontera entre los reinos musulmán y cristiano, sino también por su riqueza forestal y faunística.

        Durante el siglo XX, en estos parajes tuvo lugar una actuación forestal de primer orden, que no se limitó a la restauración de la cubierta forestal, sino que acometió una de las correcciones hidrológicas más importantes de la España Seca, en unos suelos tan inestables como los de esta zona. Casi un siglo después, la restauración de esa cubierta está dando sus frutos, ya que especies que habían desaparecido, vuelven a recuperar el lugar perdido, gracias a la formación de suelo.

        Ante esta recuperación, se observa el declive de una especie propia de las cumbres de terrenos calizos, el pino laricio. Durante los últimos decenios, la regresión del laricio en las cotas más bajas, puede ser interpretada como un indicador del cambio climático, si cabe más acentuado en esta provincia.

       

Vélez Blanco con su castillo preside la entrada a la umbría de la Sierra de María por su  extremo oriental

Repoblaciones protectoras en la vertiente sur. Aquí los resultados de la restauración hidrológico-forestal son lentos pero muy necesarios para la mitigar los procesos erosivos.  

    Sierra de María: un oasis en el desierto
El bosque protector