Los pinares de  silvestre de la Sierra de Guadarrama, son sin duda unos de los mejores bosques de esta especie en la Península Ibérica.

Sus fustes rectos y la calidad de sus maderas han hecho que estos pinos sean muy utilizados desde hace siglos para carpintería y construcción.

   En este capítulo se muestra de qué manera el hombre ha intervenido en las dos grandes masas de pinares que se encuentran a ambos lados de Peñalara, Valsaín, en la vertiente segoviana, y el Pinar de los Belgas en la madrileña y veremos cómo mediante una gestión adecuada han llegado hasta nuestros días.

   La gestión de estos pinares es un ejemplo a seguir en la compatibilidad de  valores ecológicos y explotación maderera.

  Estamos seguros de que si se mantienen las directrices actuales de gestión avaladas por la experiencia de más de un siglo, estos pinares además de continuar siendo productores, seguirán desempeñando su papel de bosque protector.

   A ambos lados de Peñalara
El bosque protector

Pinares del Alto Lozoya