El río Jiloca nace en Cella –Teruel-, cruza la provincia de Teruel de sur a norte y a partir de Calamocha toma la dirección noroeste para entrar en la provincia de Zaragoza y afluir al Jalón en Calatayud.

        La Historia de este río, de 126 km de longitud y 260.000 ha de cuenca, es una historia llena de avenidas, que obedece a factores antrópicos, edáficos, pendientes elevadas y un régimen climático con una marcada torrencialidad. Sólo en el año 1915 se valoraron las pérdidas en un millón de pesetas.

        Una muestra de la amenaza del río fue la construcción en 1562 por el francés Pierres Vedel, del túnel de La Mina, de unos mil metros de longitud, y cuya misión era desviar las aguas que periódicamente inundaban la ciudad de Daroca.

            No fue hasta 1907, con motivo de los daños ocasionados en ese año, cuando el Estado ordenó el estudio hidrológico-forestal de la cuenca, y en 1914 se comenzaron las primeras repoblaciones, que cubrieron un total de 17.754 hectáreas, la mayor parte de ellas en la provincia de Teruel. Aquel terreno, cicatrizado por la erosión, hoy muestra un aspecto bien diferente. Se muestra cuáles fueron las técnicas empleadas para restaurar la cuenca.

    La cuenca del Jiloca
El bosque protector

Repoblaciones de los Pagos de Calamocha

Rambla de la Paridera antes y después  de la restauración (Daroca)